agosto 31, 2008

Postales de la manada (cuando el macho encarna para entender su marcha).

Es asombroso ver como en un corto lapso de tiempo podés vislumbrar nuevos conocimientos sobre esa tópica que todo el mundo (o buena parte de él) está constantemente dándole vueltas: las relaciones (con hombres).

En una semana debiste pasar a la clandestinidad para no “manchar tu imagen”, interpretar las palabras de tu delirio heterosexual, ver como te caían unas cuantas fichas sobre lo que tus amigos desean, que viejos enamoramientos compulsivos se disculpen por sus comportamientos con vos, y como broche final, encontrarte con tu ex esposo a tomar mates en el parque.

Una manada en marcha se te cruzó en el camino, y quedaste en medio del galope.

Empezaste la secuencia siendo una de las personas mas vip del boliche, ¿una premoción de lo que se viene a partir de lo que estás trabajando? Festejaban el cumpleaños de tu amiga y un cierre de negocios con la estrella del lugar, con quien rieron a más no poder, se sacaron fotos, les sacaron fotos y todos en el lugar se volvieron a mirarlos. De a momentos empezaste a ver caras conocidas, de haberlas visto en tu pantalla, si, de haberlas visto en la página de contactos. Estaban todos ahí, y vos también, y te sentías como si estuvieras on-line, con la diferencia de que estabas vestido. Fue un shock impactante, eso no con encajaba tu idea de que haber dejado de salir durante tanto tiempo, te hacía algo nuevo en el boliche, oh, cuan errados estabas, y evidentemente los mismos putos estaban todos en los mismos lugares, virtuales o no. Decidiste eliminar todos tus perfiles, y cuando llegaste a tu casa realmente lo hiciste. Y resultó un buen remedio para ese vicio que no te dejaba vivir en paz.

Pero en el boliche estaban a la espera, además, del chico del momento de tu amiga. Ese con el que “había sido distinto”; con el que había pasado horas, besos, intimidad, charla, risas; que la hicieron sentir como “sarah jessica y aidan”. “Toda la mochocha y todo el chururu”, te había, y vos te morías por ver que era. Y cuando apareció, wuau, era el macho de la manada.

Ahí entendiste tantas cosas. Tu amiga se terminó de construir para vos en frente tuyo. La descubriste, descubriste cual es el hombre que ella busca, y resultó ser el mas canchero del lugar, el machito-langa-cool que se baila todo y tiene su estilo; de 30 y tantos pero no pendejo; era eso y no el toque “boheme” que intenta imponerle a los que ella cree candidatos. Si bien era una relación casual, el muchacho había venido a hacer toda la performance, y la hizo, y vos también te sumaste. Estuvieron todos chochos, y descubriste que el perfil de tu amiga es el winner, en cuerpo y alma, porque obviamente ella no puede ser menos que eso. Ahí pensaste “si este chabón se la lleva con él, es el winner total, de cuerpo presente”, y te fuiste dejándola a tu amiga que lo disfrute, estaba con el chico mas deseado del lugar, el macho de la manada, pero en ese momento no te acordaste que este macho le había mandando un mail en cadena. ¿Y que pasó? Obviamente no se fue con tu amiga, se quedó buscando cadena partuzera en el boliche. Lo de winner se transformó en su opuesto mas barato: el banana. Todos decepcionados.


Los días posteriores tu amiga reflexionaba sobre sus relaciones, cortando una y shockeado por otra, te contaba de lo que eran sus estados post relación, pensando en las fases que siguen al fin de una de ellas: primero viene la tristeza, luego echarle la culpa de todo al otro, para pasar de ahí a pensar que la culpa es de uno mismo por perder el tiempo, hasta llegar a la cuarta fase, cuando te desentendés de ese que estuvo con vos. La frase (y la fase) textual: “ya no conozco a esa persona.” Fuerte.

Desde ese momento te empezaste a preguntar ¿ Será que tu ex marido ha realizado esa ultima fase? Que ya no te conoce, o no te reconoce como algo. Te empezaste a preguntar esto porque cada dia que pasaba desde que supiste que el está en la ciudad pensás “un día mas que termina y no ha llamado”. Sin embargo no pensaste ¿para que estás esperando esa llamada?

No bastó que pusieras una foto que tenga alguna referencia a tu matrimonio en tu avatar, para que tu ex automáticamente te salude, y termines pasándole tu número para arreglar un encuentro. Y te llamó al instante. Te temblaron las piernas, era la llamada. Pero saliste al paso, fresco y divertido. No quedaron en nada, sólo bobadas, y tus reclamos quedaron saldados.

Mientras esto estaba por acontecer, te llegaba un mensaje al celular donde tu esperanza masculina “heterosexual” reaccionada a lo que a vos te pasaba, cosas que habías dejado en claro grabándole una selección con los temas más explícitos by Ani Difranco. Hasta el momento no había habido rebote de tu golpe, pero recibiste ese mensajito que se iniciaba con la palabra “amigo”. Esa palabra no era aleatoria, viniendo de quien venía, un sujeto preocupado por los significantes. Ahí se te empezó a condensar la reacción que había tomado “el hétero” para con tu operación armada. Era la forma más polite de anoticiarte de su reacción sin generar efectos no deseados. Y te hiciste cargo y empezaste a retirar las tropas. Este macho marcha alejado de su manada, es solitario, y se encontró con otro (vos) pero que marcha atravesando la manada. Y empezaron a caminar juntos, se llevaron bien, pero todavía el macho solitario no definió si sos peligroso o no, y decidió mantenerte a cierta distancia.

Estabas definiendo ya dos asuntos amorosos en tu cabeza al mismo tiempo, cuando reapareció un macho de manada que te había usado un poco cuando vos todavía marchabas con la manada de los que solo quieren sentirse novios. Y aparecía y se retractaba de sus comportamientos, y te charlaba ya desde otro lugar, y vos estabas tan relajado, ya te habías sentido novio, ya estabas realizado por ese lado, y te pareció super divertido en quedar a tomar algo con este ex desencuentro. Tenés necesidad carnal acumulada después de todo.

Y se vino el broche de oro, tu ex marido te llamó de improviso para hacer algo la tarde del domingo, y como ya tenías el equipo de mate armado terminaron en el parque, realmente llevando una charla, y sintiéndote bien por que pensaste que no ibas a soportar ese encuentro. Si, te dejó una sensación extraña, pero el encuentro sirvió para decirle lo que estabas pensando decirle (reclamarle su mal comportamiento por no haber llamado antes), pero no esperabas que el te cuente que había sido de su vida amorosa estos 8 meses que pasaron. Sin embargo pudiste seguir la charla, extrañado por vos mismo, pero fresco y divertido, sin fingir nada. Hasta le dijiste “cariño, me alegro tanto de verte de nuevo”, y lo abrazaste fuerte, y en ese abrazo te diste cuenta que por mas que él te haya dicho que desde que habían terminado oficialmente él había podido conocer otros chicos, sabías que él no te había superado aún. Y sentiste ese amor por él que está vivo en vos, como una llama que siempre estará prendida, porque sabés que fue un amor sincero, y entendiste que vos no eras lo que el quiere para su vida, y que por más que hayan hecho todos los esfuerzos por construir más allá, su momento como pareja había terminado.

Sin embargo, después de la despedida y de pensar la tarde sucedida, te quedaste reverberando ¿cual es la forma que tenés hoy, que tenés vos ante sus ojos?


Sonaba:

Federico Aubele.granhotelbuenosaires (2004)

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