La Paraguaya Menstruada.
Partíamos para la fiesta de los Museos la Berta y yo, por lo que de esta historia no participamos, pero la flasheamos un buen rato en Puerto Madero con una semiluna, la estrella Sirio y una, quién te dice, nave. Pero eso es otro cuento.
Resulta que Lola, Willy y Lukitas se habían quedado en esta dichosa fiesta haciendo caso a sus más profundos caprichos primaverales.
Se ve que en esta fiesta, a la que habíamos caído por obra y gracia de una de las comevergas-compañeras-de-departamento de Lola, estaban mas que borrachos tanto quizás como nosotros que veniamos de hacer la previa. Camino a la fiesta un taxista de esos muy porteños nos deliró impresionantemente. Deliró las quejas de Lola de salir con 4 putos. El tachero le respondió con atino: "vos te los buscas". Lo aplaudimos y nos apuramos.
Vamos a sincerarnos. La fiesta un empingue total, el esquema hetero-puto-cool-extranjero-fiesta para que todos ellos se emborrachen; produce urticaria. La Willy como siempre poniendo a piel la homosexualidad de todos los losers presentes con sus ojos azules y su boca de loba. La Lola, ida como siempre, linkeando extranjeros, preferentemente a los que pueda obligar a venir a vivir a Buenos Aires y luego abandonarlos literalmente. Lukitas, emborráchandose con la bebida free con la excusa de sentirse abandonado en su capricho. Mientras todo esto se sucedía en el lugar, en el piso de arriba un grupo de amigas de no más de 19 encontraban a una de ellas en el baño, tirada, con la bombacha en los tobillos, a todos luces violada, para la mente de tan chupadas muchachas. Lukas, Lola y Willy se tardaron más en dejar de hacer lo que hacían, que las borrachitas en llamar a la policía y encerrar a todos en la fiesta. Inmediatamente después de salir de eso que hace ella, Lola mandó a Willy a ver que pasaba sustentándose en los 3 meses de estudios en medicina de la ahora psicóloga. Lukas fue por detrás. Ellos presenciarion toda la escena recien relatada.
Lola, enterada de los detalles, impeleba a la dueña de casa a que abra la puerta y la dejen salir. En eso caía la policía. Lola insistía, mietras Willy y Lukas estaban llegando a la salida.
Lola volvió a declamar los sustentos de las acciones que a otros demandaba: -Oficial, soy mujer y estoy con dos putos, así que déjenos ir que nosotros no podemos tener nada que ver con una violación. Y se fueron.
Resulta que la violada era la hermana de un putito paraguayo que había estado antes en la casa de Lola pero siendo la roommate la anfitriona de dicho muchacho, él cual por cierto, nos había invitado a bailar brasilero en el living del departamento el jueves.
Resulta que después de este cuento nos quedamos lacias al escuchar esto, nosotros que nos habíamos ido a ver naves espaciales. Bue, la cosa es que Willy me hace averiguar en que había quedado la historia de la paraguaya a la que no había podido auxiliar con su trimestre en medicina.
Al final nunca fue violada ninguna chica en esta fiesta, no habían sido violadas por una verga; pero sí por el alcohol. La muchacha del asunto estaba meando cuando se desmayó del pedo que tenía. Estaba con el periodo, y no llevaba puesto tampón.
Por las dudas si hacés una fiesta, y no querés comerte falsos escándolos fijate que todas las que lleguen a tu casa sin importar nacionalidad ni condición higiénica tengan por lo menos la tanga roja puesta.
