enero 25, 2007

Chamullo barato o cháchara fingida: endulzándote el oído *

graf. por: ocampo-boccamazzo



Estamos tan necesitados de afecto que nos creemos todo lo que nos dicen. Aunque a veces entablamos relaciones afectivas como si fuéramos plantas (nos hablan o les hablamos sin obtener respuestas); suelen ser en general sólo relaciones de sexo, pero cuando la cosa se empieza a poner inquisitiva con la vida del otro, se pudre todo.

El chamullo es como un fuego esperando por combustible, ese combustible que vos le podes echar encima, creyéndote tontamente todo lo que te dicen.

La gente cree que chamullando puede ser menos cruda y más sutil; creen que son “insinuantes” y delicados; que te pueden decir “que sos muy interesante” en vez de decirte “seguí participando” porque no hay onda; o jugar a que te tocan y no te tocan en vez de decirte “¿cogemos y ya?”. Señores temo informarles a todos ustedes los chamulladores que la sutileza es otra cosa, y que lo que ustedes hacen es algo muy típico del ciclo de la pelotudez[1]. Esa pelotudez cíclica en la que solemos caer cuando no queremos hacernos cargo de algo e intentamos ser menos directos para no quedar mal. El chamullador baratero es al oído lo que el eyaculador precoz al sexo: una total falta de respeto (por no decir un pobre tarado).

Pero ahora otra cosa: el decir y lo dicho, ¿cómo reaccionar ante un (supuesto) cumplido? Porque tampoco vamos a decir que todos son unos jodidos chamulladores. Sin embargo, para poder identificar ciertas pautas expresivas es preciso haber tenido contacto con chamulladores varios, principalmente de esos que abundan en cualquier boliche (se los puede encontrar acompañados por un marcado mal gusto para vestir, un bailar descoordinado, y por supuesto bajo el efecto de alguna droga que esté de moda). Porque es así señores, a diferencia de los anteriores, la gente que no cae en el ciclo de la pelotudez es aquella que va de frente y te hace una propuesta sin ambivalencia ni dubitaciones. Esto no quiere decir que vamos a aplaudir al que te dice “queré cogé papá”, porque tampoco es irse al extremo de lo desagradable; puesto que existe algo que se llama seducción, y la clave de ella es dejarse seducir: saber ser seducido.

Sin embargo, como ya dije antes, caemos bajos los efectos de esas “seducciones fingidas”; pero después... ¿se hacen cargo de eso que puede generar en vos el poder de las palabras y los gestos? “Penetrar es una actitud claramente activa”, me dijeron una vez por ahí; ¿penetrar con que? Yo me pregunto ¿un chamullo es penetrante? ¿Es traspolable esta categorización? La actividad de la lengua puede ser más que penetrante, y más de una vez dolorosa, sobre todo si es que tu poco experiencia discursiva te hace quedar comiéndote los mocos frente a un chamullador cualquiera.

¿Y que pasa cuando de repente en un mismo día te encontrás con tres pibes con los que te fascinaste (cogiste) hace un tiempo ya, en diferentes zonas de la ciudad? ¿Será que sos fácil a los chamullos (o quizás ya estás excedido en sexo casual y es hora que te mudes a otra ciudad)? Porque tampoco podés ser tan boludo de creerte todo lo que te dicen, o acaso tu mamá no te enseño a no aceptar caramelos de extraños, ¿eh?... Quizás tengas las cosas un poco mas claras y saques provechos de la situación de cháchara barata, porque hay también de aquellos que tienen los pies en la tierra y no se van a dormir para soñar.

¿Y cómo hacer para no pecar de oreja fácil? Porque tampoco se puede andar con un detector de mentiras en la cartera. Repito: oreja fácil, porque fáciles somos todos a la hora de un poco de sexo, pero oreja fácil podes ser si andás desesperada por enamorarte. Pero las cosas son un poco mas simple de lo que parecen porque: si, podés pecar de tonta pobre tonta; pero también podés tomarte las cosas con calma y hacerte el boludo. Cuando conocés a alguien y te gusta, y te dan ganas de “algo más” (que sexo, aclaremos), eso que empezás a hacer es como la construcción de una pirámide de naipes. Es una pirámide frágil, y el truco está en mantener la respiración. No ponerte loquita cuando te dicen cosas que sabés que te encantan, porque esa prueba de fuego puede hacerte tirar todo al carajo y quedarte sin nada nuevamente. La gente suele asustarse cuando te ven extasiado. Por eso podés seguir mi consejo, o simplemente mentirte una vez más. Yo ya no me hago drama, si querés mentime; que me gusta. Porque en tiempo de escasez... Se agradece todo; hasta lo fingido.


[1] Un ciclo vicioso que una vez iniciado es muy difícil de detener.

* del Cap 2. Ser gay en tiempos de chat, esto no es sobre el amor.

enero 22, 2007


no importa desde donde
la veamos, la sintamos, la pensemos...
ella constituye
el centro de la estructuración

del mundo y su significación
se atiene a ella y por ella:
la santa verga.





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