febrero 16, 2007

Doña rosa y un par de maridos: una gata flora con expectativas superficiales.


Los hombres, es obvio, te vuelven loco. Les dijiste un millón de mentiras, te dijiste un millón de mentiras y no podes creer que fallaste una vez más. Rumores obvios en tu cabeza, pero nada concreto... ¿serás una gata castrada (del corazón)?

El sexo no basta, y los hombres vienen saborizados artificialmente. Son como jugo en polvo, por mas que elijas y elijas no sabrás cuál será su sabor una vez disuelto, seguro que sabrá a algo pero quizás sean sólo tus papilas gustativas (que funcionan mal); porque al final es todo lo mismo: un polvo.

Tu vida parece un eterno casting para algún programa de esos en los que se nomina gente (sos un puto muy televisivo), y estás con varios pibes al mismo tiempo que dan vuelta por tu casa. Llegan impunemente a tu departamento y el portero los deja pasar sin avisarte solo porque les ve cara conocida. Estás con todos pero con ninguno, estás viendo que onda; viendo si alguno cumple con mas del 50 por ciento de tu decálogo de admisión a tu vida[1] . Viendo si le das ciudadanía, una simple carta de residencia temporal o los deportás.

Pero... ¿cuanto podes llegar a comer? Cada noche de verano, citaste a uno distinto, los sentaste en tu sillón y los entrevistaste impunemente. Los observaste absorto, (pensando en la danza del flamenco) mientras relataban alguna historia aburrida, o hacían algún comentario inapropiado para la situación sillón inquisidor. Se ponen moralistas, monologan (se autoconvencen de alguna decisión que tomaron o van a tomar)... les da 15 minutos de fama en tu vida, y les decís ¡gracias! pero paso. A veces pueden sacarte la ficha (entrever tus intenciones), por lo que es preferible que te quedes callado, con una sonrisa expectante pero sin hacer ninguna revelación. A veces es bueno encontrar un hombre que hable, pero suele pasar que justo ese no era el momento indicado.

¿Sabés que estás buscando o es solo un deporte? El precio de la libertad es la soledad, y por lo visto no estás dispuesto a dejarla por cualquiera. ¿Acaso querés tener una pareja de canasta?[2] ¿Podés sentir un poco de amor? ¿O sólo seguir soñando? Quizás seas un bulímico de las relaciones. Muchas veces lo tuviste todo y lo desperdiciaste. ¿Que estas buscando realmente? Ya no crees en nada mas, mucho menos en el amor. Una vez mas vuelve esta molesta idea a dar vueltas y más vueltas: buscar. Quizás la cuestión esté en encontrar. Pero encontrar que... ¿un sucedáneo? Este verano vi como un par de señores heterosexuales mayores de 50 lo encontraban en FTV, descubriendo asombradamente un nuevo deleite en sus vida, que transmite 24 horas sin parar a Pampita y sus amigas.

Los tenés a todos ahí, pero no sabes a cual subirte, o a cual parar... Es como cruzar desconcertado una calle con alta circulación de vehículos, de alguna manera te van a atropellar (quizás ya te atropellaron, y te quedo la fobia; y necesitas que te den la mano para cruzar).

Quizás la clave de todo este meollo sea estar predispuesto. Hay un único infierno: la vida, y ya estamos ahí; y creo que no es bueno ponerse a filosofar a pesar de no poder dejar de hacerlo. Tampoco es cuestión de adquirir un consolador (de lo que fuera), y consumir alguna droga maravillosa para ponerle solución a toda esta cuestión de búsquedas y de encuentros, puesto que podría traerte consecuencias irreparables, como perder todo tipo de contacto con el mundo exterior. El sexo no basta, y los hombres... y las relaciones... Ya te pusiste mucho tiempo a prueba, y (ex)pusiste a muchos a pruebas, pero no te quedaste con ninguno. Todavía podés filosofar, pero cuando todo eso que tenés adentro esté muerto... tendrás que tirar las cenizas al viento. El gran tiempo de sensualidad quizás ya haya concluido, y sea hora de que se convierta en tu arma poderosa para retener a ese que elegiste que, sabés, no se quedará. Porque así de complicados ( y pelotudos también) somos, y no sabremos que estamos buscando (¿amor?) hasta que lo encontremos.


[1] Algo así como una postulado de política exterior para recibir embajadores de otros mundos a tu vida.

[2] Jugar a la canasta en pareja es como una relación heterosexual clasista: casi no hablan.

1 comentario:

Mauro dijo...

Deberia hacer como esos que cada uno que conocen se convierte automaticamente en 'novio' y duran 1 semana, la diferencia entre encontrar y no encontrar seria '1 semana' o 'mucho mas tiempo'... =(

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails